Ruta del Agua y del Mudéjar

Alhama de Aragón local_hotel

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Situada en la margen izquierda del río Jalón, Alhama esta rodeada en tres de sus lados por altos cerros, quedando el otro costado abierto a la vega del río. No se puede hablar de Alhama sin mencionar sus magníficos balnearios (autentico motor económico a lo largo de los siglos). La mayor riqueza de esta población reside en sus aguas termales, explotadas ya por romanos y árabes. Existen en Alhama ocho manantiales pero el rincón más espectacular es un lago termal, único en España, con dos hectáreas de superficie y un gran caudal de aguas cristalinas que brotan a 34º.

Alhama posee un pintoresco casco urbano fruto del dominio musulmán. En él se levantan buenos ejemplos de arquitectura popular como la Casa Consistorial, la Casa Palacio (magnifica muestra perfectamente restaurada de la arquitectura civil aragonesa del siglo XVI) o el Palacio de los Padilla, a escasos metros de la anterior.

De entre sus monumentos destaca la iglesia de la Natividad, de estilo barroco con torre mudéjar. Reviste especial interés la decoración de yeserías de tradición mudéjar que cubre las bóvedas. También sobresale sobre el conjunto la airosa torre de blanca piedra de su castillo y que constituye la edificación más antigua, probablemente del siglo XIV.

Ateca local_hotel

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Area De Caravanas

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De orígenes antiquísimos y citada en el Cantar de Mío Cid, la población ocupa un emplazamiento privilegiado sobre un cerro justo en la confluencia de los ríos Jalón y Manubles.

Ya desde la lejanía son perfectamente apreciables los esbeltos perfiles de dos torres que destacan entre el caserío: la Torre del Reloj, del siglo XVI y la torre campanario de la iglesia de Santa María que, por méritos propios, es uno de los monumentos icónicos del mudéjar aragonés Patrimonio Mundial por la UNESCO. La Torre del Reloj, muy inclinada desde su construcción, se encuentra en un extremo del castillo, hoy dedicado a alojamiento. El monumental templo de Santa María fue levantado hacia el siglo XIV, ampliado en el XVI, y profusamente reformado en época barroca. Por su esbeltez y monumentalidad, la torre es el elemento más sobresaliente con una bella decoración en cerámica y ladrillo, siendo anterior a la parte más antigua de la iglesia del siglo XIV.

La villa medieval estuvo amurallada conservándose tres de sus cuatro puertas de acceso. Entre su patrimonio destaca también la iglesia de San Francisco y La Casa Consistorial (un palacio típico aragonés del siglo XVIII que presenta lonja, balcones y galería de arcos).

Moros local_hotel

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Moros es la primera localidad que encontramos entrando en el valle del río Manubles desde Ateca. La pintoresca población se extiende encaramada a un espolón rocoso, lo que hace que su casco urbano se estructure a base de estrechas calles de trazado casi paralelo a distinto nivel que se comunican a través de empinadas travesías. Su casco urbano presenta todas las características de un poblado medieval con las ruinas de las murallas del castillo en lo alto de un cerro.

Hacia el centro del pueblo, en la cresta del espolón que domina el caserío, se sitúa la iglesia de Santa Eulalia. De primitiva fábrica mudéjar fechable en el siglo XIV, su aspecto actual se corresponde con las amplias reformas acometidas entre los siglos XVII y XVIII.

En las afueras se hallan otros rincones de interés, como el azud que discurre junto al río, y la ermita de la Virgen de la Vega del siglo XVIII. Vale la pena recorrer a pie los senderos que surcan esta zona del valle del Manubles, para descubrir miradores como el de San Blas, carrascas centenarias e impresionantes paredes verticales como los Mallos de Las Cálcamas.

Cervera de la Cañada restaurant

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En el valle del río Ribota, Cervera de la Cañada se despliega en torno a una suave elevación al borde de la carretera N-234. La villa fue escenario de la guerra que sostuvieron Aragón y Castilla en el siglo XIV conocida como la guerra de los Pedros.

En el punto más alto de la localidad, y junto a los restos de una antigua fortaleza, se yergue dominante la iglesia de Santa Tecla. El templo fue declarado Bien de Interés Cultural y es una de las iglesias que la UNESCO destacó cuando declaró el conjunto del mudéjar aragonés Patrimonio Mundial, (lista en la que figura por poseer un estilo único en el mundo, mantener un buen estado de conservación, y por su belleza inigualable). La iglesia se encuadra dentro de la tipología de iglesias-fortaleza y gracias a una inscripción conservada en el interior, se sabe que las obras acabarían en el 1426, estando al mando de las mismas el maestro Mahoma Ramí. Su sobrio exterior, desnudo de ornamentación, en nada hace presagiar la riqueza decorativa del interior. Rebasada la puerta, la citada sencillez se torna en un universo profusamente decorado que se despliega en una explosión cromática y ornamental a base de elementos pictóricos y escultóricos góticos y mudéjares.

Aniñón local_hotel

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Aniñón se ubica en el piedemonte de la sierra de la Virgen, cerca del río Ribota. Al pie de la loma se asienta la parroquial de la Virgen del Castillo. Impresionante por fuera y por dentro. La iglesia es fruto de una sucesión de construcciones desde el siglo XIV y está rodeada de antiguas almenas, indicio seguro de que en algún tiempo fue casa fuerte o castillo. La parte más antigua es la mudéjar: la torre campanario  y el monumental y poderoso hastial occidental, (la fachada de esta iglesia junto con el muro de la parroquieta de la Seo son, probablemente, los dos mejores exteriores mudéjares de Aragón). Ambos elementos, torre y fachada, lucen una bella decoración geométrica con incrustaciones cerámicas y suponen una joya del mudéjar en el valle del Ribota junto con Santa Tecla en Cervera de la Cañada y San Félix en Torralba de Ribota.

Además de su iglesia, Aniñón merece un paseo sin prisas por sus calles encaladas, que mantienen en gran medida el trazado medieval. La Puerta de la Villa, el antiguo hospital, hoy sede del Ayuntamiento, el Centro de Interpretación del Aceite, así como sus tres ermitas, son motivo de pausada visita.

Torralba de Ribota local_hotel

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Torralba de Ribota está situada en la margen izquierda del río Ribota, al pie de la sierra de la Virgen. Parece ser que el nombre le viene del torreón de piedra blanca que se levanta en las cercanías, construido en el siglo XIV. En esta misma época se inician las obras de la iglesia parroquial de San Félix.

San Félix es una iglesia fortaleza con traza islámica en la cabecera  y gótica tardía en los pies. El templo es una obra maestra del mudéjar aragonés gracias a su perfecta conservación que apenas ha sufrido transformaciones desde el siglo XV. La otra razón es que se trata de un edificio voluminoso con magnífica cabecera, bóvedas de crucería, ventanales y pinturas. La espectacular ornamentación es el punto más brillante de este singular edificio. El interior es un completo cuadro de colores, formas y motivos pictóricos que decoran todo el templo sin dejar un espacio por cubrir. Las yeserías caladas cubren arcos y óculos, simulando una exquisita puntilla que filtra la luz de forma difusa. La decoración exterior es a base de frisos de esquinillas y paños de lacerías. Todo un conjunto de texturas de colores, volúmenes, luces y sombras que rodean la iglesia en un envoltorio de lujo.

Sierra de Armantes

Situada entre los ríos Manubles, Ribota y Jalón, esta sierra es uno de esos paisajes lunares más característicos y difíciles de encontrar. Un entorno de gran belleza con vistas espectaculares salpicado de barrancos y colinas y dominado por los yesos en sus zonas más bajas y por arcillas y margas en las más elevadas, que le confieren un curioso contraste entre tonos rojizos y blancos. El viento y el agua han esculpido bellas formaciones de roca con formas caprichosas, esbeltas y elegantes. Este proceso erosivo es el responsable de los denominados “Castillos”, fantásticas formaciones geológicas que presiden esta sierra.

Para acceder, se toma la antigua carretera a Soria, antes de llegar a Calatayud. El camino es inconfundible, con pinos a ambos lados. El circuito es una ruta circular hasta el Mirador de la Cruz de Armantes. La subida se realiza por el barranco de la Bartolina y el regreso por el bonito barranco del Salto. El punto más alto es el Mirador de la Cruz de Armantes (presidido por una gran cruz de hierro negro). Desde aquí hay unas extraordinarias vista de todos los valles, de las poblaciones de Cervera de la Cañada, Villarroya de la Sierra, Villalengua, Moros, y de la Sierra de la Virgen.

Calatayud local_hotel

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La historia de Calatayud se remonta a la fundación de la romana Bílbilis. De época islámica es el castillo de Ayub, del que deriva su nombre. La presencia musulmana se mantuvo visible durante siglos en excelentes obras de arte mudéjar, hoy declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO. Buen ejemplo de ello son: las iglesias de San Andrés, San Pedro de los Francos y Nuestra Señora de la Peña, así como las colegiatas de Santa María y del Santo Sepulcro. La iglesia de San Juan el Real conserva unas pechinas pintadas por un joven Goya.

Resulta evocador recorrer las calles de la antigua judería, angostas, sinuosas y con todo su sabor medieval.

Pero la riqueza de Calatayud se descubre también paseando por sus calles. Desde los palacios del siglo XVI y anteriores, hasta edificaciones civiles como la Casa Consistorial, el palacio del Barón de Warsage, Sesé, Erlueta, Pujadas o la mismísima plaza de España. No olvidemos tampoco las puertas de la muralla como la de Terrer o Zaragoza. La comarca cuenta con una de las cuatro Denominaciones de Origen del vino en Aragón: la D.O. Calatayud, con vinos de excelente calidad y reconocido prestigio.

Bilbilis

El Municipium Augusta Bilbilis se sitúa a 5 Km. de Calatayud y alcanzó el status de municipio romano en época del emperador Augusto. En 1931 las ruinas fueron declaradas Monumento Histórico Artístico, en 1985 catalogadas como bien de Interés Cultural dentro de la categoría de Zona y en 2002 Conjunto de Interés Cultural Categoría Zona Arqueológica.

Fundada sobre un asentamiento previo celtibérico, la ciudad romana abarcaba los cerros de Bámbola, San Paterno y Santa Bárbara. Desde la ciudad se controlaban los pasos naturales entre el valle del Ebro y la Meseta, convirtiéndose en el centro económico, político y administrativo de un amplio territorio que correspondía aproximadamente con la actual Comarca de Calatayud. Su máximo esplendor se alcanzó en el siglo I, momento en el que se construyeron sus edificios más emblemáticos (foro, termas y teatro), acuñando moneda durante los reinados de los emperadores Augusto, Tiberio y Calígula. La crisis le llegó en el siglo III, estando ya abandonado en el siglo V. A partir de la Edad Media, se convirtió en cantera de material constructivo para la Calatayud islámica y cristiana, perdurado este expolio hasta principios del siglo XX.

La visita al yacimiento debe completarse con la visita al Museo de Calatayud que alberga las principales piezas arqueológicas recuperadas en el transcurso de las excavaciones.

Las Hoces del Río Jalón

El Jalón atraviesa varias zonas de montes y macizos rocosos en su camino al Ebro. Así ocurre con el tramo conocido como las “Hoces del Jalón”, entre la pedanía de Huérmeda y, aproximadamente, la localidad de Morata. Al poco de pasar el barrio de Huérmeda (en Calatayud), encontraremos el paraje de Villalbilla, hermoso punto en el que el Ribota desemboca en el río Jalón.

Aquí la carretera comienza a estrecharse, conforme se adentra en el puerto de Campiel. Poco antes de terminar el descenso, hallamos a nuestra izquierda la pista que conduce a la pequeña central hidroeléctrica, al azud y a los antiguos polvorines del Ejército. Se trata de unas cuevas artificiales, excavadas en el interior de la peña de la Mora, y que fueron usadas para almacenar material y municiones hasta hace poco tiempo. Desde lo alto de esta peña podemos contemplar una panorámica espectacular del valle del Jalón y el Ribota. El río acompañará el camino desde el fondo de un magnífico cortado. Durante unos 15 kilómetros serpentea atravesando el macizo de las Sierras de la Virgen y de Vicor en un paisaje hermoso y abrupto. Más adelante nos esperan Embid de la Ribera, Paracuellos de la Ribera y Saviñán, poblaciones con encanto en las que podemos hacer un descanso.

Paracuellos de Jiloca restaurant

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La población se sitúa en la margen derecha del río Jiloca. En el siglo XI los musulmanes levantan el castillo de Xiloca sobre un promontorio que domina la vega del río y del que solo quedan unos pocos restos. Es este mismo recinto, sobre la cornisa de una roca y los cimientos del castillo, se levanta en el siglo XVI la iglesia de San Miguel. Se trata de un templo de fábrica mudéjar tardía con una sola nave en el que destaca la monumentalidad del edificio y su torre mudéjar.

Mención especial merece el Balneario de la localidad. Paracuellos es conocida por las aguas sulfurosas de sus dos manantiales que desde el siglo XIX albergan un balneario. En 2008 el balneario inauguró una de las mayores y más modernas zonas termales de aguas sulfuradas de Europa, (con 2.500 m2 de circuitos termales, hidroterapia, tratamientos de belleza y relax). El recinto cuenta con zonas de paseos y jardines en medio de una exuberante vegetación, que ejerce una acción sedante y tonificante cuando se combina con suaves temperaturas en invierno y frescos veranos.

Munébrega local_hotel

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La localidad se halla situada entre los barrancos de la Rambla del Molino y del Olivo. Queda clara la existencia de un asentamiento celtíbero, ya que se han encontrado restos de esta civilización.

En el siglo XIV se levanta la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo mudéjar, aunque su fábrica original fue sustituida entre los siglos XVI y XVIII conformando un templo barroco. Dos altas torres gemelas de ladrillo de planta cuadrada flanquean el cuerpo de la fachada. El edificio llama la atención por sus dimensiones, comparadas con el casco urbano. El museo se encuentra ubicado en las dependencias parroquiales y se divide en dos salas; la primera está situada en un antiguo coro del siglo XVII y la segunda en la antigua casa parroquial del siglo XVI.

La población cuenta con cinco fuentes que pueden descubrirse paseando por su tranquilo casco urbano.

Nuévalos local_hotel

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Nuévalos se localiza sobre un promontorio dominando la confluencia de los ríos Piedra y Ortíz, junto al embalse de la Tranquera. El castillo es una obra levantada en el siglo XIV, sobre un espolón que domina la vega del río Piedra. La iglesia de San Julián y Santa Basilisa fue levantada en el siglo XVI, sobre una pequeña ermita gótica en un espolón rocoso junto a las ruinas del castillo.

Las aguas del embalse de la Tranquera bañan parte del término municipal convirtiéndolo en un atractivo turístico muy apropiado para la práctica de deportes acuáticos y para la pesca.

En el barranco de Valdehierro, a unos 5 Km. de la localidad, se hallan instaladas unas salinas que se mantuvieron en funcionamiento desde el siglo XIII hasta la primera mitad del XX, (cuando se abandonaron debido a la baja rentabilidad que proporcionaban). A lo largo de su historia fueron propiedad de diferentes administradores como los propios vecinos de Nuévalos y los Monjes del Monasterio de Piedra. Actualmente se hallan en excelente estado de conservación, tanto los canales de madera que transportaban el agua salina como las balsas donde se almacenaba hasta evaporarse y obtener la sal.

Monasterio de Piedra local_hotel

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Si hay un lugar donde arte, naturaleza y agua se dan la mano, ese es el Monasterio de Piedra.

Situado en el término municipal de Nuévalos, el Monasterio de Piedra es un parque natural donde el río Piedra ha modelado, en el esplendor de un frondoso vergel, una serie de imponentes y caprichosas cascadas, un lago de aguas cristalinas y unas grutas de impresionante belleza. El parque nos ofrece una gratificante experiencia a través de un recorrido de unas dos horas y media por un vergel insólito donde el sonido del agua en las cascadas, las grutas y los lagos, nos guían por un paraje de ensueño. Además, de marzo a octubre, se puede disfrutar de  una estupenda exhibición de vuelo libre de aves rapaces.

La visita  se completa con el recorrido por el monasterio en sí, cenobio cisterciense del siglo XII, del que aún se pueden visitar diversas dependencias y que combina distintos estilos artísticos. Se dice que en estas estancias se fabricó el primer chocolate del continente europeo. Aquí también se encuentra el Museo del Vino de la Denominación de Origen de Calatayud, que de manera amena nos descubre todos los secretos de esta bebida.

Ibdes local_hotel

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La localidad se sitúa en un cerro en la margen izquierda del río Mesa. La iglesia de San Miguel Arcángel es un templo gótico tardío de sillería de arenisca rojiza levantado en el siglo XVI, sobre otro templo del XIV. En su caserío encontramos diversas casonas solariegas entre las que destacan la Casa Consistorial, (edificio renacentista del siglo XVI), la casa palacio del número 5 de la calle Rúa o la casa palacio de la calle de Monreales.

En el paraje de San Juan se encuentra la Gruta de las Maravillas. Esta gruta, formada por estalactitas y estalagmitas de unos 50.000 años de antigüedad, consta de dos galerías de 15 y 46 metros de longitud. Muy cerca se encuentra el salto de agua de la Paradera, bonita cascada del río Mesa en un pintoresco vergel.

Jaraba local_hotel

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Ubicada a orillas del río Mesa, el entorno de Jaraba destaca por el gran cañón que el río va modelando hacia la localidad de Calmarza, con imponentes paredes rojizas de piedra caliza.

Dentro del patrimonio destaca el santuario de la Virgen de Jaraba, ubicado en un escarpe a la entrada del Barranco de la Hoz Seca, uno de los rincones con mayor encanto natural de la cuenca del Jalón. Igualmente interesante es la visita a la iglesia de la Transfiguración, situada en el casco urbano. Entre la arquitectura civil destaca el Ayuntamiento o la fuente monumento al agua, de reciente construcción y grandes dimensiones.

Jaraba es un pueblo que vive por y para sus aguas termales. Con sus tres balnearios, la localidad es una potencia termal. A mediados del siglo XIX se crearon los actuales establecimientos, que han sido declarados recientemente “Bien de Interés Turístico de Aragón”.

El Barranco de la Hoz Seca es un sendero de 3 Km. que se inicia en la carretera de Jaraba a Calmarza. Al inicio del barranco sorprende la vista del mencionado santuario.  En este paisaje cárstico encontraremos numerosos corrales, apriscos ganaderos  y antiguas caleras recientemente recuperados, que fueron utilizados antaño por los vecinos. Seguidamente tomamos el desvío que sube a la derecha hacia las pinturas rupestres  de arte levantino más occidentales de la península situadas en un abrigo en la roca Benedí, junto al barranco.

Hoces del Río Mesa

El río Mesa nace en la provincia de Guadalajara y entra en Aragón esculpiendo la roca hasta formar un cañón de 5 kilómetros entre Calmarza y Jaraba. Son las llamadas Hoces del Río Mesa (lugar declarado “Espacio de Interés Turístico de Aragón”). Al pasear por su interior asombran las espectaculares paredes verticales a ambos lados del río que superan los 100 m de altura.

El lugar, muy apreciado por escaladores, alberga una de las mayores concentraciones de buitres leonados de la península. Este espacio es también Zona de Especial Protección de Aves y Lugar de Interés Comunitario. Las aguas puras y limpias del río Mesa tienen una abundante fauna piscícola con tramos libres de pesca. En el fondo del valle, junto a las riberas del río, aparecen los bosques en los que predominan álamos blancos, chopos y sauces. Las características geológicas de la zona la hacen apta para la práctica de actividades deportivas como la escalada, el cicloturismo… También hay rutas senderistas señalizadas: Sendero de la Pedriza, Los Miradores, GR-24… de baja dificultad.

Calmarza

A 6 km. de Jaraba, Calmarza se asienta en una atalaya en las “Hoces del Río Mesa”. La bien conservada naturaleza que rodea la localidad, hace de este municipio un paraíso ideal para relajarse, con el impresionante Cañón del río dominando el paisaje. Aquí los contrastes son espectaculares alternándose los espacios rocosos y secos con un magnífico vergel rodeado por las aguas del río Mesa.

Entre su patrimonio destaca la iglesia de la Asunción. Es una construcción del siglo XVII, realizada sobre la anterior, de la que se conserva la puerta de acceso con arco de medio punto. La Torre del Señorío o de los Palafox es un edificio civil que se alza al borde del talud. Es una edificación  de sólida mampostería reforzada con sillares en las esquinas, construida al filo del 1500.

La abundancia de agua en el río Mesa permite encontrar, junto al municipio, una pequeña cascada conocida como el Pozo Redondo. Para poder observarla, se ha colocado frente a ella un mirador al que se accede por una escalera de madera. 

Los atractivos naturales en las cercanías de Calmarza han posibilitado el acondicionamiento de varias rutas señalizadas para la práctica del senderismo.