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Zaragoza
Con más de dos mil años de historia, Zaragoza se configura como un gran crisol de culturas. Junto a las robustas murallas, la estatua del emperador Augusto contempla la ciudad que él fundó. Cerca de la plaza de las Catedrales se hallan el museo del Foro y el museo del que fue el Puerto Fluvial romano. En el casco antiguo se puede visitar el museo de las Termas Públicas y el del Teatro, uno de los edificios para representaciones más grandes de Hispania.
Pero si Zaragoza floreció en época romana, otro tanto ocurrió durante su época islámica. Así se puede comprobar paseando por los patios del palacio de La Aljafería, una de las cimas del arte hispanomusulmán. En la silueta de la ciudad se perfila también un conjunto de torres mudéjares, algunas de ellas, como la torre e iglesia de San Pablo y el conjunto del ábside, muro de la Parroquieta y cimborrio de la Seo, junto con el conjunto mudéjar de la Aljafería han sido declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO. La prosperidad de la ciudad en el Renacimiento, conocida en ese momento como la Florencia de la Península Ibérica, queda patente en los bellos edificios repartidos por todo el casco histórico, como la Lonja, un caso único de edificio de estas características en una ciudad de interior, lo que da idea de su importancia comercial. Y a orillas del Ebro se alza la Basílica del Pilar, el mayor templo barroco de España e icono de Zaragoza por excelencia. A escasos metros, la espléndida catedral de San Salvador, es un ecléctico conjunto de estilos artísticos, centro político y religioso de la Corona de Aragón, donde se juraban los Fueros, donde se coronaban sus reyes. Impresionantes son también sus huellas modernistas e historicistas. Zaragoza es una urbe moderna, dinámica y llena de actividad económica y social. Una acreditada ciudad de congresos, renovada y embellecida tras la Exposición Internacional de 2008. Sin duda, la ciudad de Zaragoza es un centro turístico de primer orden, por sus monumentos, sus museos, sus parques, sus espacios naturales, su oferta cultural, su gastronomía y, en definitiva, por su potencialidad de ciudad media europea que requiere de una detenida visita.