Villarluengo

Villarluengo se encuentra situado en el centro de la agreste comarca del Maestrazgo. En la parte alta de este emplazamiento se situaron las fortificaciones de la villa, de las que se conserva un portal y algún lienzo de muralla. La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es el edificio que más resalta por su volumen y por las dos torres que flanquean la fachada. Fue construida en el siglo XIX en estilo neoclásico. Frente a esta se sitúa la Casa Consistorial, de finales del XVI, y contigua a la antigua Carnicería. Muy cerca de estas, la casa de los Beneytos es una de las múltiples casonas que jalonan la villa, al igual que las de los Temprados y los Garriga. En el resto del municipio también hay numerosos edificios de interés, como la ermita de San Bartolomé, de grandes dimensiones, y el Convento de Nuestra Señora de Monte Santo, del que solo quedan escasas ruinas. Otras construcciones singulares son las masías fortificadas como la Torre Gorgue y la Torre Montes Santo.

Muy cerca, en la localidad de Pitarque, pasa el río del mismo nombre; un río vivo de aguas cristalinas que mana a borbotones de la misma roca a través de dos ‘ojos’ o surgencias kársticas. A lo largo de su recorrido, el río ha ido labrando un cañón fluvial de grandes paredes verticales en el que se alternan profundas pozas de aguas transparentes y pequeños saltos de agua. Los farallones calcáreos, la fuerza del agua y la vegetación, componen un bello espectáculo lleno de fuerza y color que merece la pena contemplar en este hermoso rincón salvaje del Maestrazgo.

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Nacimiento Río Pitarque
Nacimiento Río Pitarque
Nacimiento Río Pitarque
Nacimiento Río Pitarque
Nacimiento Río Pitarque

Nacimiento del Río Pitarque

Muy cerca de Villarluengo, escondido en las montañas, se halla el pequeño pueblecito de Pitarque. Por aquí pasa el río del mismo nombre, un río vivo de aguas cristalinas que mana a borbotones de la misma roca a través de dos ‘ojos’ o surgencias kársticas dando lugar al denominado “Nacimiento del Río Pitarque”. En las calles de la población encontramos las primeras señales que nos indican el camino. Una senda bien señalizada que se recorre por el mismo sitio y que suma 10 Km. entre ida y vuelta.

A lo largo de su recorrido, el río ha ido labrando un cañón fluvial de grandes paredes verticales en el que se alternan profundas pozas de aguas transparentes y pequeños saltos de agua. Los farallones calcáreos, la fuerza del agua y la vegetación, componen un bello espectáculo lleno de fuerza y color, una senda de gran belleza por un entorno único que merece la pena contemplar en este hermoso rincón salvaje del Maestrazgo.