Mequinenza

Mequinenza se encuentra situada en la confluencia de los ríos Ebro, Segre y Cinca. La localidad se emplaza entre dos grandes masas de agua: el embalse de Mequinenza (conocido como Mar de Aragón) y el embalse de Ribarroja, que son un verdadero paraíso para los amantes de la pesca y de los deportes náuticos. Mequinenza dispone también de un campo de regatas considerado como uno de los mejores de España.

El singular espacio natural denominado “Aiguabarreig” cuenta con una gran riqueza ornitológica (declarado Zona de Especial Protección para las Aves) y se sitúa a unos 2 Km. del casco urbano prolongándose, aguas arriba, hasta la confluencia de los ríos Segre y Cinca.

El castillo se alza majestuoso en la cima de la montaña, atalaya perfecta para observar como el Segre se mezcla con el Ebro. Es uno de los más notables y grandiosos del gótico en Aragón. Actualmente es residencia de la Fundación Endesa y puede ser visitado previa solicitud. El pueblo viejo quedó anegado por las aguas del Ebro con la construcción de la presa de Mequinenza. El pueblo nuevo, que se extiende a los pies de la imponente fortaleza, cuenta con dos interesantes museos: el museo de Historia y Prehistoria  y el de la Mina, que nos descubre los secretos que esconde una mina de carbón y la dura vida de los mineros.

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Ruta del Mar de Aragón - Mequinenza

En Mequinenza, a la ruta del Mar de Aragón, se le conoce como la carretera de Caspe ya que ésta es la vía que ha unido siempre a estas dos localidades de la tierra baja de Aragón.También se conoce como la carretera de la costa, ya que  durante un buen trecho discurre paralela al Mar de Aragón.Saliendo de Mequinenza, dirección Caspe, a la derecha, en la ladera sur de la sierra, podemos contemplar las ruinas del antiguo pueblo de Mequinenza, y a la izquierda, justo antes de cruzar el puente, el viajero podrá contemplar la desembocadura del río Segre en el Ebro, desde los años sesenta anegada por el embalse de Ribarroja; merece la pena una parada y unas cuantas fotos. Seguimos y atravesamos el río Ebro por un puente sobre las aguas remansadas de este embalse de Ribarroja.Nada más cruzar el puente podremos apreciar, a mano derecha, la imponente mole de la presa de Mequinenza con sus seis aliviaderos, esta presa es la que da origen al Mar de Aragón (Embalse de Mequinenza). Al pie de la misma se aprecia la central hidroeléctrica que es el motivo principal por el que se construyó la presa. Ascendemos por la carretera y en pocos metros dejamos atrás el embalse de Ribarroja  y pasamos a contemplar otro embalse, el de Mequineza o Mar de Aragón.  El viajero no se debe confundir, las aguas que ahora está viendo son las del embalse de Mequinenza y se encuentran remansadas casi 70 metros por encima de las que acabamos de atravesar por el puente.Dirección Caspe, a mano derecha vamos a ir viendo el Mar de Aragón.  Un gran embalse de más de 100 km de longitud que discurre por el antiguo cauce del río Ebro, desde el Monasterio de Rueda en Escatrón hasta la presa en Mequinenza, que acabamos de ver.  Desde lo alto del cerro estamos viendo el primer tramo del Mar de Aragón, encañonado entre las dos sierras, una buena parada fotográfica (Km. 308,900).Durante un buen trecho vamos a dejar de ver el Mar de Aragón ya que éste se encañona hacía el Norte flanqueado por la Serreta Negra en la margen izquierda, una zona de alto valor ecológico y sorprendente por su vegetación y fauna, y por la Sierra de los Rincones en la margen derecha.  Mientras que la carretera sigue rumbo al Oeste atravesando ésta última sierra.Aunque ahora no veamos el Mar de Aragón lo que si empezamos a ver  son una de sus consecuencias.  A lo largo del recorrido vamos a ver enormes extensiones de árboles frutales, regadas desde el propio embalse mediante goteo.  Hoy día la actividad principal de la zona es la fruticultura extensiva; el viajero podrá contemplar hectáreas y hectáreas de frutales que según la época del año en que viaje (febrero-marzo)  son hectáreas y hectáreas de flores blancas y rosas.Unos 16 km más adelante, desde lo alto de una planicie que lleva por nombre “las Planetas”, por la que discurre la carretera, contemplaremos el embalse y su isla más emblemática, la Magdalena, dónde se aprecia la ermita-monasterio que le da nombre. Desde aquí hay unas excelentes vistas del embalse, la isla, la ermita, el enorme meandro que conforma la isla y la sierra de Valdurrios al otro lado del rio. Las vistas y las fotos son preciosas y obligadas (Km. 292,000 - 291,500).Tras dejar las Planetas la carretera baja hasta cruzar el embalse en una estrecha val de nombre evocador, Valcomuna (conocida así porque sirve de divisoria entre los términos municipales de Caspe y Mequinenza).  Cuando el embalse está en cotas altas resulta un rincón muy fotogénico, recomendamos una parada junto al embalse (Km. 290,000). Ascendemos nuevamente y en el retrovisor la ermita de la Magdalena.  Tal vez una parada junto a la carretera nos permita un “hasta la vista”.La siguiente parada la situamos en la zona denominada Val de Pilas (Km 285,300).  Este gran Val, como aquí denominamos a los pequeños valles entre colinas (cabezos), comienza en un pequeño circo rodeado de montañas donde se sitúa un antiguo apeadero de la vía de ferrocarril y desemboca en la zona denominada la Herradura, donde podemos ver las islas Mediana y Chica.  Las fotos al atardecer son únicas.La carretera discurre en muchos de sus tramos sobre una antigua cabañera Real, ahora prácticamente en desuso, subiendo y bajando “vales y cabezos”.Otra parada obligada es la nueva desembocadura del río Guadalope , en el Km. 277,000. Tres túneles que atraviesan un cerro para dar salida al río que se desvió para no quedar inundado en su tramo final, junto con parte de la ciudad de Caspe, sus huertas y la estación del ferrocarril, cuando se construyó el embalse de Mequinenza.  Una gigantesca obra de la ingeniería.  Las gentes de Caspe llaman al lugar “el desvío” o “los tres túneles”, por razones obvias.  La vista  merece unas cuantas fotos.  Unos pocos metros más allá, sobre el Km 276,600 de la nacional 211, el viajero atravesará el Meridiano de Greenwich y pasará de “un lado al otro del mundo”, en este caso del Este al Oeste.  Una experiencia que no sucede todos los días.  Las vistas son muy bonitas, otra parada para hacer fotos a un lado y al otro del Meridiano Cero es una oportunidad que no se puede dejar escapar.Cuando nos acercamos a Caspe, en la última bajada antes de tomar el desvió hacía la Ciudad del Compromiso, (Km. 273,000 a 274,00) vemos de frente los restos de la estratégica acrópolis San Juanista que albergaba el Castillo, el Convento y la Colegiata Santa María la Mayor. Merece la pena una parada y unas fotos donde se aprecia la antigua ciudad de Caspe colgada sobre un cerro que bordeaba el río Guadalope.Una vez tomado el desvió hacia Caspe, tras cruzar  la vía del ferrocarril Madrid-Barcelona y atravesar el antiguo cauce del río Guadalope, entraremos en Caspe por la zona de la Porteta.