Jaca

Jaca es la capital del Pirineo aragonés. Su historia, fue la primera ciudad de Aragón, su ubicación y su importancia poblacional hacen de ella un importante centro de servicios y una capital turística de primer orden. Su catedral es uno de los monumentos más importantes del románico peninsular, tanto por su antigüedad como por las novedades estilísticas que se exportaron desde allí al resto del románico español. Su museo diocesano es uno de los mejores del mundo en lo relativo a pintura medieval.

La Ciudadela, una magnífica fortificación militar de planta pentagonal, es el edificio más emblemático de Jaca. La arteria principal de la ciudad es la calle Mayor, vía que reúne algunos de los principales edificios como la hermosa casa consistorial. En el resto de la calle se levantaron numerosas casas de la burguesía de comienzos del siglo XX. Otros edificios significativos como el monasterio de las Benedictinas, el Fuerte de Rapitán o la Torre del Reloj, dan muestra de la confluencia de estilos en la localidad. Pero Jaca es mucho más. Pasear por sus calles rebosantes de vida comercial, premiarse con la exquisita repostería jaquesa o degustar sus delicias gastronómicas en sus numerosos bares y restaurantes es una auténtica delicia.

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Gastronomía Jaca

La gastronomía en Jaca está muy ligada a la cocina tradicional y aderezada, en muchos casos, con las tendencias más innovadoras. En sus numerosos restaurantes, ubicados mayoritariamente en el casco antiguo, se encuentran selectos y atractivos platos que conjugan a la perfección el pasado con la modernidad. Una de las especialidades más exquisita es la repostería, considerada una tradición artesanal: jaqueses, condes, lazos, coronitas de Santa Orosia… que pueden degustarse en cualquiera de las pastelerías de la ciudad. Y al mediodía o al atardecer, un alto en el camino para tomar un vino y una exquisita tapa en cualquiera de sus numerosos bares.