Caspe

Caspe, a orillas del embalse de Mequinenza (Mar de Aragón) combina los atractivos turísticos de la pesca deportiva y las actividades náuticas con un importante patrimonio cultural que hunde sus raíces en la prehistoria y la historia.

En su casco urbano, de antiguo trazado, los nombres de sus calles y barrios nos hablan de aljamas, juderías y vasallajes de la Orden de San Juan. El monumento arquitectónico más importante es el conjunto formado por la Colegiata  de Santa María la Mayor del Pilar (siglo XIV) y los restos del Castillo del Bailio, recientemente restaurado. Dentro de la Colegiata hay dos importantes reliquias: la Vera Cruz y el Cáliz del Compromiso.

Anualmente se celebra en esta localidad la conmemoración del acontecimiento histórico que lleva su nombre: el Compromiso de Caspe (1412). Se trata de una fiesta popular de ambientación medieval celebrada a finales del mes de junio.

Hay que destacar también el importante patrimonio arqueológico que hay en su término municipal. Sobresalen los yacimientos incluidos en la Ruta de los Iberos –la Tallada y la Loma de los Brunos- y las Pinturas Rupestres del Plano del Pulido.

Caspe cuenta también con una variada oferta museística, importante arquitectura civil y un rosario de ermitas.

Posición en la ruta

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Ruta del Mar de Aragón - Caspe

En Caspe, a la ruta del Mar de Aragón, se le conoce como la carretera de Mequinenza ya que ésta era la vía que ha unido siempre a estas dos localidades de la tierra baja de Aragón.También se conoce como la carretera de la costa, ya que desde Caspe y durante un buen trecho discurre paralela al Mar de Aragón, hasta que en Mequinenza se cruza con el propio río Ebro, el cual atravesamos por el puente que nos lleva hasta la ciudad minera.Salimos de Caspe por la antigua carretera que atraviesa el cauce, ahora seco, del río Guadalope.  Tras cruzar la vía del ferrocarril Madrid-Barcelona nos incorporamos a la carretera nacional 211 y al subir el primer repecho (Km. 273 a 274) vemos por el retrovisor los restos de la estratégica acrópolis San Juanista que albergaba el Castillo, el Convento y la Colegiata Santa María la Mayor. Merece la pena una parada y unas fotos donde se aprecia la antigua ciudad de Caspe colgada sobre un cerro que bordeaba el río Guadalope.  Dirección Mequineza, a mano izquierda vamos viendo el Mar de Aragón.  Un gran embalse de más de 100 km de longitud que discurre por el antiguo cauce del río Ebro, desde el Monasterio de Rueda en Escatrón hasta la presa en Mequinenza, donde se sitúa el imponente salto hidroeléctrico.  Sobre el Km 276,6 de la nacional 211, el viajero atravesará el Meridiano de Greenwich y pasará de “un lado al otro del mundo”, del Oeste al Este. Las vistas son muy bonitas, otra parada para hacer fotos a un lado y al otro del Meridiano Cero es una oportunidad que no se puede dejar escapar.La tercera parada obligada es la nueva desembocadura del río Guadalope, unos pocos metros más allá del cruce con el Meridiano (Km 277).La carretera discurre en muchos de sus tramos sobre una antigua cabañera Real, ahora prácticamente en desuso, subiendo y bajando “vales y cabezos”.  La cuarta parada la situamos en la zona denominada Val de Pilas (Km 285,3).  Este gran Val, como aquí denominamos a los pequeños valles entre colinas (cabezos), comienza en un pequeño circo rodeado de montañas donde se sitúa un antiguo apeadero de la vía de ferrocarril y desemboca en la zona denominada la Herradura, donde podemos ver las islas Mediana y Chica.  Las fotos al atardecer son únicas.  Desde lo alto de un cerro por el que discurre la carretera, volveremos a contemplar el embalse y su isla más emblemática, la Magdalena, dónde se aprecia la ermita-monasterio que le da nombre. Cuando el embalse está en cotas altas resulta un rincón muy fotogénico, recomendamos una parada junto al embalse (Km. 290).  Tras dejar Valcomuna, la carretera asciende hacia una planicie que lleva por nombre de “Las Planetas”, desde aquí hay unas excelentes vistas del embalse, la isla, la ermita de la Magdalena, el enorme meandro que conforma la isla, y la sierra de Valdurrios al otro lado del rio. Las vistas y las fotos son preciosas y obligadas (Km. 291,5 - 292).  Al final de la sierra, y antes de descender hasta el río, tenemos la penúltima parada fotográfica (Km. 308,9).  Desde lo alto del último cerro veremos el primer tramo del Mar de Aragón encañonado entre las dos sierras.  Al bajar hasta el río podremos apreciar, a mano izquierda, la imponente mole de la presa de Mequinenza con sus seis aliviaderos. Al pie de la misma se aprecia la central hidroeléctrica que es el motivo principal por el que se construyó la presa.  Seguimos y atravesamos el río Ebro por un puente sobre las aguas remansadas de otro embalse, el de Ribarroja. Nada más cruzar el puente, el viajero podrá contemplar la confluencia de los ríos, Ebro y Segre, en el propio pueblo de Mequinenza, convertidos en embalse; merece la pena una parada y unas cuantas fotos. Si volvemos la vista hacía el castillo veremos en su ladera sur las ruinas del antiguo pueblo de Mequinenza.